CAÑÓN DE COSTA
VICKERS CALIBRE 381/45 Modelo 1926
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Cañón de costa
Vickers 381/45 situado en La Mola (Isla de Mahón)
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Información obtenida parcialmente de http://www.armas-guerracivil.org
Durante la Dictadura de Primo de Rivera,
España compró a la compañía británica Vickers Armstrong
18 cañones de 15 modelo 1926, denominados en España 381/45,
para defender las costas adyacentes a las tres principales bases
navales del país: El Ferrol, Cartagena y Mahón.
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Fotografías antiguas
en donde se puede ver el tamaño de los proyectiles y del cañón (el
soldadito que está dentro del tubo no debía ser un superman,
precisamente, pero bueno, la foto es bonita y curiosa). Para verlos en
detalle, pulsa sobre la imagen
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Estos cañones
lograban un alcance próximo a los 35.000 metros, lanzando un
proyectil de acero perforante de 885 Kilogramos con una carga de 18 Kg
de TNT. Se tratan de unas armas enormes, altamente mecanizadas y
ocultas bajo tierra en grandes salas y galerías que conforman sus
accesos, salas de motores, sistemas elevadores, cámaras de
municionamiento o almacenes. Para su funcionamiento son necesarios de
15 a 20 sirvientes.
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Distintas fases del
proceso de carga de un proyectil de este cañón. Para verlas con
detalle, pulsa sobre ellas.
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El tamaño de los cañones y las necesarias infraestructuras
para su mantenimiento y uso motivaron la realización de grandes obras
como galerías subterráneas, carreteras de acceso ,etc. que duraron
de 1928 hasta 1936.
Ocho fueron destinados a
proteger la base Naval del Ferrol y sus costas, siendo
emplazados en las baterías de Campelo alto, cabo Prior, Lobateiras y
San Pedro. Cada batería constaba de dos cañones.
En Cartagena se instalaron en Cenizas y
Castillitos y tenían el cometido de proteger la entrada a la Base
naval.
Para proteger la base naval de Mahón
se instalaron dos cañones del 381 en la fortaleza de La Mola, justo
al norte de la bocana del puerto. Otra batería protegía la costa
norte de la Isla desde Favaritx y
una tercera protegía la costa sur, siendo emplazada en Llucalari.
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Fotografía donde se
puede observar el enorme tamaño de este tipo de cañones. Pulsa sobre
la imagen para verlo en detalle
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Al estallar la Guerra Civil
las baterías de Cartagena y Menorca
permanecieron leales al Gobierno mientras que las gallegas
quedaron en manos franquistas.
Estas piezas tuvieron un
papel importante, principalmente disuasorio, que impedía a la flota
rebelde acercarse demasiado a las costas de Cartagena y Menorca.
El 25 de abril de 1937 los
cruceros Canarias y Baleares acosaron a la escuadra republicana cuando
entraba en Cartagena tras bombardear Málaga, tras un corto
intercambio de disparos los cruceros nacionales se alejaron para
evitar a las baterías de costa de 381mm
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Detalle del cierre de
la pieza (para verlo con detalle, pulsa sobre la foto) sistema Wellin,
de filetes escalonados con doce sectores roscados y cuatro lisos, y de
los contenedores de las cargas de proyección.
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La noche del 4 al 5 de marzo
de 1939 se produce una sublevación golpista contra el gobierno de
Negrín en Cartagena. Pretendían negociar una paz con las fuerzas
franquistas, estas aprovechando la situación prepararon un desembarco
en Cartagena tras recibir mensajes de radio en que se entregaba la
plaza y se aseguraba se daría protección a la flota
nacionaldesde las baterías de costa.
Así,
se preparó a toda prisa una flota de buques auxiliares y mercantes
que zarpó rumbo a Cartagena. Allí tras una travesía amenizada
con los ataques de la aviación republicana fueron recibidos con los
disparos de las baterías de costa, pues la 206 Brigada Mixta había
sofocado la rebelión.
Al no poder entrar en el puerto de Cartagena
intentaron un desembarco en Portman, pero al intentarlo la
madrugada del día 7, las
piezas del 381 de Las Cenizas dispararon contra la flota rebelde,
obligándola a retirarse.
Algunos barcos al carecer de radio no pudieron
ser avisados de las contraordenes, dando lugar al hundimiento del
Castillo de Olite por una pieza del 150 , el mayor desastre
naval de la Guerra.
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En Ferrol, como consecuencia de las ideas de políticos mediocres con poca o nula visión histórica, el destino final fue el soplete. Una pena.
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